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sábado, 14 de abril de 2012

La invasión de los ultracuerpos



Le vengo dando vueltas desde hace dos días a una idea que sé que puede sonar extraña, incluso estrafalaria, pero conforme más lo pienso más convencido estoy de que no ando muy desencaminado. Llevo unas noches siendo asaltado por un sueño, sí asaltado. En él la imagen de Donald Sutherland señalándome con el dedo me obliga a huir permanentemente. Un Sutherland escapado de la novela de Jackson Finney, o más bien de la cinta que llevó el mismo título (Invasion of the body snatchers, traducida como la invasión de los ultracuerpos) me persigue sin descanso para obligarme a seguir sudando. Pero al despertar todo se ve con más claridad. Día a día va cogiendo forma. Es verdad que conforme nos hemos ido adentrado en la malintencionadamente llamada "crisis" se nos han mostrado las verdaderas caras de esos que nos dirigían y a los que les seguimos manteniendo el honorífico título de políticos. Pero algo ha ido cambiando en sus rostros. Un rictus asqueroso se les ha pegado a la cara. Y eso es lo que me da la pista definitiva. Merkel no es Merkel, Sarkozy tampoco es él, ni tan siquiera Rajoy es Rajoy... Son vainas (me refiero a seres salidos de una vaina). Estamos siendo poseídos por unos ultracuerpos que tienen el único interés de adueñarse del mundo y por ende de nosotros.
Ya dije que puede sonar a estrafalario, pero es la única explicación que, hasta ahora, he encontrado para intentar dar un sentido a su forma de actuar frente a la "crisis" de valores, al afán de enriquecimiento, al comportamiento con sus vecinos (o sea los ciudadanos), a su compromiso con el Planeta, etc.
Llamadme loco si queréis!

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