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jueves, 25 de agosto de 2011

Fin del Verano



Esta mañana, como despedida de mis vacaciones, he decidido dar un paseo por el río Najerilla. Me he sentado sobre una piedra redondeada por el paso de los años y me he puesto (o dispuesto) a escuchar el sonido que hace el agua al golpear las piedras que encuentra en su camino. Al igual que "el rumor del oleaje" es un sonido que me extasia.



Unas mariposas, al verme depositado sobre la roca, se han acercado a curiosear. La de color malva, nada osada, únicamente ha revoloteado a mi alrededor. Otra avainillada, con el perfil de las alas color moca, se ha atrevido a sobrevolar mi cabeza. La última, menos llamativa, quizá más anodina, incluso más fea, una vulgar nymphalidae vanessa cardui, ha jugueteado con mis manos. Se ha acercado a una compañera con la que ha intercambiado un vals mariposil: 1º arriba, 2º abajo, 3º un par de cabriolas alocadas, un, dos, tres, un, dos, tres,...



Me han recordado, o debería decir sugerido, dos aviones caza de la 2ª guerra mundial. En el ataque de Pearl Harbor un caza japonés zero se coloca sobre un mustang de la USAAF. Las cabinas de los pilotos prácticamente rozándose. El joven piloto nipón tuerce el cuello y se queda mirando los inexpresivos ojos de su homólogo americano y descubre en esa mirada que no puede atacarle, descubre en ese momento que se ha enamorado.



Las mariposas siguen con su danza. Las palabras que se susurran ya las puso Julio Cortazar: "Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las amillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios."



Así que, glíglicamente hablando y también glíglicamente escuchando el balbuceo del agua, me despido de un lugar y un verano que ya ha acabado.

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