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domingo, 30 de octubre de 2011

Dinero





Me gustaría desmitificar, en esta ocasión, el ogro del dinero ($). También yo, alguna vez, he incluido el símbolo del dolar entre paréntesis, tras un comentario anti-materialista. Pero en realidad pienso que el dinero no es malo, lo puede llegar a ser el uso que de él hagamos.





Por poner un ejemplo: Una reconocida y prestigiosa firma de zapatos, a través de su fundación, lanzó dos líneas de productos fabricados en el Maasai Mara de Kenia por las mujeres de la tribu (actualmente en peligro de extinción). Se trata de calzado étnico con motivos característicos de la artesanía Maasai. ¿Qué relación puede tener esto con el dinero (no peyorativo)? Las mujeres que intervienen en el proceso cobran un salario, además de recibir los beneficios íntegros de la venta de esos productos en los mercados mundiales. Con este dinero (muchas mujeres Maasai nunca habían tenido un billete en sus manos) pueden escolarizar a sus hijos, montar pequeños negocios e incluso comprar cabras o vacas, lo que les permite igualarse a los varones. Sirva este ejemplo para ver que la transacción de dinero puede hacerse de forma sostenible. En boca del presidente de la asociación, Juan Perán, quiere devolver a la Sociedad parte de lo que ésta le ha dado.





El dinero es necesario, no nos equivoquemos. Lo que no es justo es el abuso que se pueda realizar para la obtención de éste. Sin ir más lejos la falta de dinero/principios (no los tuyos, claro) te puede abocar a no morir tranquilo por la incertidumbre de si te sacarán del nicho para llevarte a una fosa común. Esto ya está ocurriendo.





¡Qué contradicción! Por un lado buscamos a nuestros muertos en las fosas comunes para darles un entierro digno y por otro los que ya lo tuvieron digno permanecerán en la eterna incertidumbre de poder acabar en una fosa común. Por culpa, esta vez sí, del dinero, o más concretamente, por la falta de él.

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