Sus ojos miran al cielo
circunspecto, anhelante
El mar baila a un ritmo
que nadie le ha marcado
El vaivén desvaneciendo
ilusiones largamente
mantenidas en la sombra
Y la mirada perdida
El recuerdo atenaza,
el futuro le mantiene
asustado, acuclillado.
Se disuelve en la madera
que desliza traidora
horizontes de futuro
tiritando de alegría
Y la mirada perdida
Ancestros en el corazón
Promesas aún latentes,
olvido difuminado
El despertar aterrador:
sirenas amenazantes
de un amor denegado
alzan muro de desdicha
Y la mirada perdida.
Fundidos y refundidos
La madera no aguanta,
el miedo ahora se moja
Su grito loco de auxilio
entre algas ahogado
Se desvanece la ilusión
desde el infinito abismo
Y su mirada perdida.
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