Que las ciudades son para los ciudadanos, para sus moradores quiero decir, es algo que ya tenía claro hace mucho tiempo, pero que nos lo quieran hacer creer, eso ya es otra cosa.
Que, como diría Rita, los grandes arquitectos (se entiende por ésto: famosos) quieren dejar su impronta en las grandes ciudades, es algo que también está claro, pero que eso sea a costa de la generosidad (económica, me refiero) de los habitantes, eso ya es otra cosa.
Que la prolongación de una avenida se haga por el bien público con la connivencia de la mayoría de la población y bajo el amparo de las desvirtuadas palabras de D.Vicente (aquel que diera nombre a la avenida), es una cosa, pero que pretendan hacernos creer que se realiza sin ningún tipo de interés urbanístico, ya es otra bien distinta.
Que nos monten y desmonten un circuito de fórmula uno para alegrarnos, como los emperadores romanos hacían en los circos (mejor tener al populacho entretenido) es una cosa, pero otra muy distinta es que tengamos que pagar incluso aquellos que no disfrutamos del susodicho espectáculo.
Podría seguir y hablar de las ventajas paisajísticas que nos iba a ofrecer la copa América (quién ha visto y quién ve el puerto), del circuito internacional de hípica y del master de tenis, pero no lo haré...
Yo me conformo con las pipas (será por mi genética simiesca): lugares dónde poder aparcar mi bici, avenidas peatonales, sin riesgo de atropello, actividades públicas y populares con las que disfrutar de las ciudades...
miércoles, 13 de abril de 2011
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Esta tarde una parte de tertulia dispersa ha comprado tu primera novela...he empezado a leerla y creo que me va a interesar y que voy a disfrutar con su lectura.
ResponderEliminarEstoy totálmente de acuerdo con tu escrito "urbanismo pantagruélico"